Las empresas emergentes suizas Impli y Yalosys, en asociación con el centro helvético de innovación tecnológica CSEM, han desarrollado un biosensor implantable que permite monitorizar las hormonas de la fertilidad en tiempo real, un gran avance que se espera pueda utilizarse en ensayos clínicos para 2025.
Este implante, de nombre CERES, es de momento solo un prototipo, pero sus potenciales aplicaciones son muchas en un contexto de crecientes tasas de infertilidad y de costosos e invasivos tratamientos de reproducción asistida como la fecundación in vitro (FIV).
Por el momento, ningún método del mercado es capaz de recoger datos específicos sobre las tres hormonas que determinan la FIV.
Él pretende ofrecer un flujo de datos con una resolución sin precedentes que podría revolucionar la capacidad de los médicos a la hora de identificar el momento y las dosis adecuadas para favorecer este tratamiento.
Así, mediante una tecnología de detección electroquímica, el dispositivo es capaz de controlar el líquido intersticial subcutáneo (que rodea nuestras células) durante 30 días y determinar así los niveles hormonales en tiempo real.
Resultados de CERES
Según las primeras pruebas de laboratorio, los resultados han sido positivos, lo que para la fundadora y consejera delegada de Impli, Anna Luisa Schaffgotsch, supone “un cambio en la precisión con la que se miden los niveles hormonales” en la FIV.
Además, las mujeres que se someten a estos tratamientos tienen que ir al hospital hasta dos o tres veces por semana para hacerse análisis de sangre vitales, los cuales proporcionan una instantánea fugaz, imprecisa e invasiva del estado de las pacientes.
Sin embargo, este implante se presenta como un salto cualitativo a las muestras de sangre que permite minimizar los errores de medición al mismo tiempo que ofrece la máxima comodidad al paciente.
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En este sentido, la colaboración entre Impli, Yalosys y CSEM, que tendrá una duración total de 21 meses, tiene por objetivo continuar miniaturizando los dispositivos para prepararlos para los futuros estudios clínicos.
“Esto reducirá la invasividad y nos permitirá alcanzar la fase de fabricación conforme a las normas de estandarización internacional”, añadió en un comunicado el cofundador y director general de Yalosys, Luigi Calabrese.
En cuanto a su público objetivo, los creadores esperan que favorezca la reproducción asistida en diferentes grupos de pacientes, incluyendo las mujeres que sufren síndrome de ovario poliquístico, las que alternan entre la concepción natural y médica, así como las propensas a sufrir abortos espontáneos o en fase perimenopáusica.