El entrenador del Manchester City, Pep Guardiola, ha cerrado definitivamente la puerta a un eventual regreso al FC Barcelona, incluso en funciones fuera del banquillo. En una sincera entrevista concedida a la revista GQ, el técnico de Sampedor afirmó que su etapa en el club azulgrana fue "muy bonita", pero pertenece ya al pasado. "Se acabó para siempre. Fue muy bonita, pero ya se acabó. ¿Volver como presidente? No, no sirvo para esto", expresó con firmeza. Guardiola dejó claro que no contempla un retorno a la institución culé en ningún cargo, dejando atrás una historia dorada que marcó un antes y un después tanto en su carrera como en la del club.
En esa misma conversación, Guardiola reveló que una vez finalice su ciclo en el Manchester City, tomará un descanso prolongado e indefinido. "Tengo más que decidido parar por un tiempo: un año, dos, tres, cinco... lo que sea", explicó. Esta pausa respondería al desgaste acumulado tras una etapa intensa y exitosa al mando de los ‘citizens’, donde ha conquistado seis Premier Leagues, entre otros títulos. El técnico también reconoció que el desgaste emocional y profesional comienza a hacerse notar, tanto por la exigencia interna como por la presión externa a la que está sometido constantemente.
Guardiola asegura que necesita "un descanso"
Guardiola aprovechó la ocasión para hablar del joven talento del Barcelona, Lamine Yamal, quien ha sido comparado con Lionel Messi. "A Lamine hay que dejarlo hacer su carrera. Compararlo con Messi son palabras mayores. Como si comparan a un pintor con Van Gogh. Pero esa comparación ya indica que es bueno", comentó. Si bien elogió al extremo por sus cualidades, advirtió que Messi representa una dimensión inigualable en el fútbol moderno: "90 goles en una temporada durante 15 años, sin parar, sin lesiones. Eso son palabras mayores".
El técnico también hizo un balance autocrítico de la temporada más reciente con el Manchester City, señalando que el desgaste del éxito podría haber influido en el bajón de rendimiento del equipo. "Probablemente había que haber movido más jugadores. Es un proceso que tenía que llegar. Fue más profundo de lo esperado", reconoció. A pesar de atravesar una racha de 13 o 14 partidos sin ganar, consideró que esa dificultad fue necesaria para recuperar la perspectiva: "Ha sido muy saludable que nos haya pasado. El éxito te confunde".
Finalmente, Guardiola reflexionó sobre su relación con los jugadores y los sacrificios personales que conlleva la profesión de entrenador. "Tengo 23 jugadores y cada tres días tengo que dejar fuera a doce. Es muy difícil, porque parece que no los quiero, cuando es todo lo contrario", explicó. También denunció la presión externa que sufren los entrenadores, con estadios enteros deseando su despido. Aun así, subrayó que sigue disfrutando del fútbol, aunque no descarta que llegue un día en que decida dejarlo todo y vivir alejado del ritmo vertiginoso del deporte de élite. "Cuando llegue ese momento, pararé. Y volveré... o no. Ya veremos".
