La magistrada Julieta Makintach ha sido destituida de su cargo como jueza por unanimidad (11 votos) por el Jurado de Enjuiciamiento de la provincia de Buenos Aires. Esta drástica decisión se produce tras las graves irregularidades cometidas durante el juicio oral por la muerte de Diego Armando Maradona, un proceso que se vio empañado por el escándalo del documental "Justicia Divina". El veredicto, dictado este martes en la Cámara de Senadores bonaerense, no solo la despoja de su puesto, sino que también le impone una prohibición perpetua para volver a ocupar cualquier cargo judicial, cerrándole la puerta a la posibilidad de una jubilación como magistrada. La exjueza optó por no estar presente al momento de la lectura de la sentencia.
El detonante de este proceso de remoción fue su participación en el mediático documental. Según las pruebas presentadas y los alegatos, la jueza Makintach no solo aceptó la propuesta de la miniserie sobre el juicio, sino que también conocía y supervisaba el contenido, incluyendo títulos de capítulos que presuponían un desenlace condenatorio antes de que terminara el debate oral. La fiscal Analía Duarte fue contundente en su alegato final al afirmar que Makintach "ha perdido las condiciones que exige la Constitución para el ejercicio de la magistratura". Este accionar comprometió la imparcialidad y la ética fundamentales de su función, volviendo insostenible su permanencia en el Poder Judicial.
¿Qué procede en el caso de Diego Maradona?
La resolución del Jurado, que se define en una sentencia de 115 páginas, representa un duro revés para Makintach, quien había intentado una salida más favorable. Su intención era que el gobernador Axel Kicillof le aceptara la renuncia que presentó en junio, lo que le habría permitido mantener abierta la posibilidad de reinsertarse en algún futuro en otro cargo dentro de la Justicia. Sin embargo, la destitución no le deja margen para ese "reinvéntate tranquila" que había manifestado, ni para irse "en paz", sino que consolida la gravedad de la falta cometida y envía un mensaje sobre la necesidad de preservar la transparencia en la administración de justicia.
El veredicto fue enfáticamente respaldado por los acusadores y miembros del Jurado. El senador y conjuez Sergio Vargas subrayó el peligro de la búsqueda de fama en la magistratura, declarando que "cuando se encienden las cámaras, corre peligro que el ego de un juez apague la justicia". Por su parte, Guillermo Sagues, en representación del Colegio de Abogados de San Isidro, lamentó el "daño enorme" que este escándalo le ha provocado no solo a la justicia de la provincia de Buenos Aires, sino a toda la justicia argentina, que ha quedado "ridiculizada". La presencia en la audiencia de Verónica Ojeda y Mario Baudry, abogado de su hijo Dieguito Fernando y parte del caso Maradona, evidencia la resonancia que este fallo tiene para las partes directamente afectadas por el juicio.
La destitución de Julieta Makintach marca el cierre de un capítulo de profunda crisis institucional que puso en jaque la credibilidad del proceso judicial por la muerte de Maradona. El caso es un recordatorio severo de los límites éticos y legales que debe observar un magistrado, donde el respeto a la ley debe primar por encima de cualquier interés personal o mediático. La resolución será elevada a la Suprema Corte en los próximos días, dejando un precedente claro sobre las consecuencias de la pérdida de imparcialidad en la función judicial.
