Las casi nulas medidas de prevención contra el COVID-19 en Nicaragua podrían estar ligadas al desvanecimiento de un árbitro en pleno juego de béisbol.
Y es que este es uno de los deportes que no ha parado en ese país.
Árbitro sale del juego
Las alarmas saltaron este fin de semana cuando uno de los árbitros del partido entre el Estelí y el Bóer no pudo mantenerse en pie.
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Según la prensa nicaragüense, el incidente ocurrió durante el segundo encuentro entre ambos equipos, que se llevó a cabo en el Estadio Nacional Dennis Martínez.
El “umpire” principal, que se ubica detrás del receptor, se desplomó en el inicio del cuarto “inning”, desatando las alarmas entre los espectadores.
Además de los presentes, cientos más seguían la transmisión en vivo a través de las diferentes redes sociales.
Primero tuvo una reacción lenta a la hora de cantar las bolas y los strikes, después, cuando fue el turno de otro de los bateadores, Rayo se tomó un tiempo para respirar y luego se apartó del plato.
Así las cosas en una dictadura que no da explicaciones.
Árbitro se desvanece en pleno partido de béisbol en Nicaragua; aumenta la alarma en el único país de América que mantiene eventos deportivos y no ha impuesto restricciones ante el Covid-19
https://t.co/wExO7HoVKE— You don't have to go far to see the sun shine. (@matbustillo) May 10, 2020
Caminó haca un lado hasta colocarse en el suelo apoyándose en sus rodillas.
“Se mareó el umpire, parece que tiene problemas… Héctor Rayo se ha desvanecido”, comentaba el narrador del canal oficial.
Alrededor del referí se arrodillaron varios jugadores mientras llegaba la doctora del equipo de Estelí y el médico del Bóer.
No cambia la máscara
Varios árbitros ayudaron a Rayo salir del juego y uno de ellos le quitó la máscara de protección, que luego utilizó para continuar el partido.
Aunque aún no confirman qué fue lo que le ocurrió al árbitro, la prensa nicaragüense no descarta que sufra por coronavirus.
Los medios también aseguran que el viernes en Estelí, pudo haber sido un foco de contagio pues el estadio Rufo Marín se llenó en su capacidad con más de 2 mil 500 personas sin ninguna protección.