La UEFA ha manifestado una postura clara frente a la posibilidad de que partidos de ligas europeas se disputen fuera del continente. Aleksander Ceferin, presidente del organismo, expresó su desacuerdo tras conocerse las propuestas de la Federación Española de Fútbol para llevar el encuentro entre Villarreal y Barcelona a Miami en diciembre, así como la de la Federación Italiana, que busca organizar el Milan-Como en Perth, Australia, coincidiendo con la inauguración de los Juegos de Invierno de 2026 en Milán-Cortina. Aunque admitió que legalmente no hay muchas barreras si las federaciones involucradas lo aprueban, consideró que este tipo de iniciativas deben revisarse con seriedad.
Ceferin recalcó que el fútbol europeo debe mantenerse en Europa, pues son los aficionados locales quienes merecen disfrutar de sus equipos en los estadios tradicionales y no verse obligados a viajar a otros continentes. El dirigente recordó que el arraigo histórico y cultural del balompié en Europa no puede ponerse en riesgo por intereses comerciales o de proyección internacional. Para él, los aficionados constituyen la esencia de este deporte y alejarlos de los partidos sería desvirtuar el sentido del espectáculo.
UEFA tratará el tema en la próxima reunión del Comité Ejecutivo
El tema será tratado en profundidad en la reunión del Comité Ejecutivo de la UEFA en Tirana, donde también se prevé un diálogo con la FIFA y las federaciones nacionales para definir una postura conjunta. Ceferin reconoció que, en casos excepcionales, podrían contemplarse estas alternativas, pero subrayó que la regla general debería ser que los clubes europeos jueguen en territorio europeo. "Es una gran tradición", insistió, dejando abierta la posibilidad de un debate futuro, pero con una inclinación clara hacia la preservación de la identidad futbolística del continente.
Más allá de este asunto, el presidente de la UEFA también se pronunció sobre temas sensibles como los conflictos bélicos y la participación de clubes en competiciones internacionales. En particular, rechazó la idea de prohibir a los equipos israelíes por la guerra en Gaza, destacando que los atletas no pueden responsabilizarse de las decisiones políticas de sus gobiernos. Ceferin recordó que sanciones similares, como las impuestas a los clubes rusos, no lograron detener la guerra en Ucrania, y sostuvo que expulsar a jugadores o equipos por razones políticas sería injusto y poco efectivo.

