La Federación de Futbol de Guatemala (FFG) emprendió en los últimos días una campaña reforzada contra el racismo, la violencia, la homofobia y cualquier acto de discriminación dentro de los estadios. Esta iniciativa surge tras recibir un expediente de FIFA y Concacaf, en el que se notificó una denuncia por insultos racistas registrados durante el partido entre Guatemala y El Salvador, disputado recientemente en el Estadio Cuscatlán. Algunos sectores de la afición chapina lanzaron expresiones ofensivas que pusieron en riesgo a la federación de enfrentar una sanción en su próximo encuentro oficial.
Ante este escenario, la FFG reaccionó de inmediato con acciones preventivas para evitar un castigo. La campaña emprendida busca concientizar a la afición sobre la importancia del respeto, reforzar mensajes de tolerancia cero y cumplir con los lineamientos internacionales vigentes. Estas acciones no solo intentan evitar una penalización, sino también alinear al país con los estándares globales establecidos por la FIFA para combatir cualquier forma de discriminación dentro del fútbol. Por ahora, no existe una sanción oficial, pero las autoridades esperan que esta respuesta proactiva contribuya a mitigar posibles consecuencias.
Los lineamientos que debe seguir Guatemala para evitar una sanción de FIFA
La iniciativa se enmarca dentro de la Postura Global Contra el Racismo, aprobada por unanimidad durante el 74.º Congreso de la FIFA, celebrado en mayo de 2024 en Bangkok. Esta postura, adoptada por las 211 federaciones miembro, establece un enfoque de tolerancia cero ante cualquier acto racista o discriminatorio. Para supervisar y asesorar estas acciones, la FIFA conformó un panel de 16 exfutbolistas —hombres y mujeres— de diversos orígenes étnicos y pertenecientes a todas las confederaciones, con el objetivo de fortalecer la vigilancia y las estrategias contra el racismo en el deporte más popular del planeta.
Asimismo, durante dicho congreso se aprobó la incorporación de un nuevo gesto oficial para denunciar incidentes racistas: los jugadores podrán cruzar los brazos a la altura de las muñecas para alertar al árbitro de que están siendo objeto de insultos raciales. Este «gesto de incidente racista» forma parte de un protocolo de tres niveles que contempla interrupciones, suspensiones temporales e incluso la suspensión definitiva de un partido cuando el comportamiento discriminatorio proviene de los espectadores y persiste a pesar de los avisos oficiales.
Para Guatemala, evitar que estos niveles del protocolo se activen es crucial, pues una reincidencia podría derivar en sanciones como jugar con aforo limitado, recibir multas económicas o, en situaciones extremas, enfrentar suspensiones. La campaña lanzada por la FFG no solo representa una medida preventiva, sino también un compromiso concreto por erradicar el racismo de los estadios y garantizar que el fútbol sea un espacio seguro, respetuoso e inclusivo para todos.
