Portugal vivió un momento histórico al coronarse campeona del Mundial sub-17 de Catar, un logro sin precedentes que quedó grabado gracias al gol decisivo de Anísio Cabral. El joven talento del Benfica, que ha brillado durante todo el torneo, volvió a demostrar su instinto goleador al marcar el tanto que definió la final ante Austria. Su anotación, revisada por el VAR para confirmar la posición legal en el remate, no solo le dio a Portugal el título, sino que también consolidó su reputación como una de las grandes promesas del fútbol europeo.
A sus 17 años, Anísio ha maravillado al mundo con una actuación consistente y llena de madurez. Bajo la mirada cercana de José Mourinho, quien lo tiene como joya en el filial del Benfica, el delantero acumuló siete goles en el torneo, quedándose a solo uno del máximo goleador, el austríaco Johannes Moser. Incluso así, su impacto fue mayor al decidir el partido más importante del campeonato, negándole a Austria la oportunidad de levantar un trofeo que también habría significado un hecho histórico para ellos.
Cristiano Ronaldo felicitó a la sub-17 de Portugal
La final, marcada por la tensión y las oportunidades en ambos lados, mantuvo a los aficionados al borde del asiento hasta el último minuto. Austria rozó el empate con un potente disparo de Daniel Frauscher que terminó estrellándose en el poste, pero Portugal resistió con firmeza. Esa solidez defensiva, sumada al acierto ofensivo de Anísio, permitió que la selección lusa superara su mejor registro previo en la categoría, un tercer lugar conseguido en 1989, y finalmente inscribiera su nombre entre los campeones del mundo.
Tras el silbatazo final, las felicitaciones no tardaron en llegar, pero hubo una que destacó por encima de todas: la del capitán y leyenda del fútbol portugués, Cristiano Ronaldo.
El astro escribió un mensaje simple pero cargado de emoción —"FELICIDADES CAMPEONES DEL MUNDO ?"— que rápidamente encendió la ilusión de los jóvenes. Para esta generación emergente, recibir el reconocimiento del máximo referente de su país no solo simboliza orgullo, sino también un impulso invaluable para seguir creciendo y soñando con un futuro brillante en el fútbol profesional.
