Neymar volvió a colocarse en el centro de la escena futbolística tras liderar el triunfo de Santos FC por 3-0 ante Sport Recife, pese a arrastrar una complicada lesión de menisco en la rodilla izquierda. El atacante de 33 años decidió aplazar la cirugía recomendada por los médicos —una artroscopía que habría puesto fin a su temporada y extendido su recuperación hasta 2026— para disputar un duelo clave en la lucha por la permanencia. Su presencia generó tensión en la previa, pero también encendió la ilusión de un equipo que necesitaba puntos con urgencia. "No todo está bien, pero quienes deben conocer el estado de mi lesión ya lo saben", declaró durante el descanso.
La determinación del brasileño marcó el desarrollo del encuentro desde los primeros minutos. A los 25, abrió el marcador con un disparo cruzado tras un veloz contraataque conducido por Guilherme, acción que rompió el equilibrio y desató la euforia en Vila Belmiro. Poco después, la ventaja se amplió gracias a un desafortunado despeje de Lucas Kal, que terminó en el arco propio y consolidó el dominio del conjunto dirigido por Juan Pablo Vojvoda. Con el 2-0, Santos supo controlar los tiempos y desactivar los intentos de reacción del rival.
Neymar busca salvar la categoría con el Santos
En la segunda mitad, Neymar continuó siendo el faro ofensivo del equipo. A los 22 minutos, ejecutó un tiro de esquina preciso que João Schmidt transformó en el tercero con un cabezazo inapelable. Ya en tiempo cumplido, el "10" dejó el campo rodeado de aplausos, reconocimiento claro a un rendimiento sobresaliente pese al dolor y la evidente fragilidad física. Su contribución —gol y asistencia— fue decisiva en un enfrentamiento que podía marcar el destino del club en el Brasileirao.
El triunfo permitió a Santos ubicarse temporalmente fuera de la zona de descenso, alcanzando los 41 puntos y situándose en la decimoquinta posición. Con un cierre de temporada que incluye duelos ante Juventude y Cruzeiro, el equipo depende de sí mismo para asegurar la permanencia.
La actuación de Neymar no solo revitalizó las aspiraciones del plantel, sino que también abrió nuevamente el debate sobre su futuro inmediato: los especialistas insisten en la necesidad de una intervención quirúrgica, clave para aspirar a un eventual regreso a la selección brasileña y a su última oportunidad mundialista en 2026.

