El expresidente Otto Pérez Molina comenzó su declaración en el juicio del caso La Línea, que se retomó este miércoles en la sala de mayor capacidad del Organismo Judicial.
Ante los integrantes del Tribunal de Mayor Riesgo B, el mandatario expuso una serie de argumentos para rechazar los señalamientos que hace en su contra la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI).
Según las investigaciones, el exgobernante dirigió junto con la exvicepresidenta Roxana Baldetti un grupo criminal dedicado a la defraudación aduanera, por lo que ambos fueron detenidos en 2015.
Sin embargo, Pérez dijo ante los jueces que no ha cometido actos ilícitos y que el caso en su contra carece de respaldo, pues no se menciona su nombre en los documentos que forman parte de los indicios.
Detalló que el mismo año en el que se presentó el caso La Línea se había anunciado la salida de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), lo que a su criterio tuvo cierto impacto en que resultara señalado. Agregó que esto reflejó la politización de la justicia.
De igual forma, mencionó que en el proceso de investigación ha habido anomalías, entre las que se incluye la violación de la ley al escuchar sus llamadas telefónicas mientras fungía como presidente, pues contaba con inmunidad.
En cuanto a conversaciones sostenidas con exdirectivos de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), también implicados en el caso, expuso que en su momento hubo reuniones para abordar distintos temas, pero estas no eran para girarles órdenes, pues es una entidad autónoma.
“A mí me llamó el superintendente, quien en ningún momento fue mi subordinado. Él nombra a las personas que él quiere”, resaltó.
Agregó que en cierta ocasión conversaron sobre la necesidad de que los funcionarios que integraran el ente recaudador fueran de entera confianza y el jefe de la SAT le habló de cierta persona que le habían recomendado, a lo que Pérez respondió que entonces debía ponerla en cierto puesto.
“Esa es la conversación que yo tuve, no hay nada absolutamente ilegal, aparte si yo le hubiera impuesto y le hubiera dicho ‘usted pone a esta persona a como dé lugar’. Ahí sí hubiera estado infringiendo la ley porque la SAT es autónoma”, manifestó.
Sin embargo, tener pláticas de coordinación para el ordenamiento de las instituciones es algo completamente diferente, agregó el exgobernante.
Las pruebas no respaldan su implicación, según Pérez
Pérez Molina compartió que hay múltiples llamadas grabadas por la fiscalía, incluso una donde se menciona su nombre, pero de la que no brindó detalles.
En las otras “se habla ‘del uno’, ‘el dueño de la finca’ y ‘el mero mero’, pero nunca se dice mi nombre”, añadió.
También aseguró que existen 5 mil correos electrónicos y al menos 500 mil documentos en los que tampoco se habla específicamente de Otto Pérez.
En ese sentido, el exmandatario mencionó que en su momento demostrará junto con su defensa que no aparece en ninguno de esos indicios con los que cuenta el MP.
“A excepción de un documento que nunca llegó y se dice que estaba en una computadora de uno de los colaboradores eficaces, en donde él tiene un memorándum como de cuatro hojas”, manifestó.
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Juicio del caso La Línea
El debate oral y público del caso La Línea se encuentra en la fase en la que se les otorgó la palabra a los sindicados. Ayer fue el extécnico aduanero, Adolfo Batz, el que expuso sus argumentos y rechazó los señalamientos en su contra.
Y tras el turno del expresidente Pérez fue el momento de la ex vicepresidenta Roxana Baldetti para declarar y defenderse de las acusaciones en su contra.
Se espera que en los próximos días se puedan escuchar las declaraciones del resto de los implicados en la supuesta red de defraudación aduanera.
* Con información de Winston Cano, Emisoras Unidas 89.7